lunes, 10 de septiembre de 2007

VIVIR

No sabría entender una vida sin tener lo que, al menos, se necesita para ser feliz. A veces me asusto de asustarme, pues no es lo que nos corresponde si vamos a pasar por una vida en la que no hemos elegido nacer ni tenemos por qué elegir morir. Ya estamos predestinados; nada más nacer empiezas a morir.

Quisiera pedirte a tí que hagas que tu vida sea agradable hasta el punto que tú puedas dominar. Ya sabes que te debo muchas cosas, pues aportas a mi alma la frescura que necesito. Una vez dijiste que si las lágrimas eran de tristeza, yo las secaría con mis manos. Siendo tú misma feliz, harás feliz a quien tengas a tu lado. Los momentos más oscuros de cada vida deben complementarse con la claridad de los momentos bellos recordados y con la luz de quien, en verdad, te esté iluminando.

Quisiera pedirnos a nosotros, hacer que nuestras vidas sean agradables hasta el final. Nos debemos una vida, pues nos aportamos lo que necesitamos en cada momento. Nos secaremos las lágrimas de tristeza y dejaremos fluir las de risa. Hacemos felices a los que nos rodean, pues ellos nos ven a nosotros felices. Los momentos oscuros no son ni serán tales; como mucho serán grises, pues siempre habrá algún tono claro que no permita a la necritud dominar nuestro corazón.

A mi Ro.

2 comentarios:

Sologoya dijo...

Sabes que has sido tu el que ha logrado que la verdadera Ro, la de siempre, saliera de nuevo del famoso "lado oscuro".

No voy a engañarme a mi misma ni a nadie, pensando que no habrá malos momentos de nuevo...pero ahora estoy segura de que nada hará que mi mundo sea negro... A tu lado voy descubriendo una gama de colores que nadie saben que existen...

Con riesgo de resultar repetitiva, Gracias por ser mi complemento, mi compañero, mi amigo, mi amante y los cimientos de mi mundo...no me cansaré de repetir lo afortunada que soy..

Te quiero...

Javier Romero dijo...

Las convicciones que tenemos cada uno para buscar la felicidad son personales, pero no intransferibles. Una de las cosas que más me gusta es aprender de los demás y que los demás, si pueden, aprendan de mí.

En tu caso, todo está magnificado. Todo lo que has dicho en el último párrafo es recíproco.

Te amo