miércoles, 26 de septiembre de 2007

LA MAGIA DEL DIRECTO

Todos esperan a que se acabe la música enlatada, a que las luces se apaguen. En aquel instante, un humo empieza a emerger hacia arriba, inundando el aire ya invadido por un grave ruido aterrador. El sonido en bajas frecuencias sube por los pies y hace temblar todo lo que nos compone cuando entran los músicos en escena. Las luces cambian de color y pasan de tonos azules a rojos de modo gradual, mientras las siluetas de héroes musicales reciben todos los aplausos y gritos del público.

Y esto no acaba más que empezar...

[Gamma Ray. Cehegín (Murcia). Noche del 14 al 15 de Julio de 2007]

2 comentarios:

Meri dijo...

Traes a mi memoria sensaciones agradables y cítricas..
Como si hubieramos sentido lo mismo en distintas situaciones..

Un besote y feliz fin de semana!!!!

Javier Romero dijo...

Es una de las mejores sensaciones que transmite la música, si no la mejor.

El único problema es que a veces no se puede disfrutar como se debe bien por problemas de sonido, bien por exceso de energía del respetable.

Besitos meri_