miércoles, 23 de enero de 2008

NO SOMOS INMORTALES

"No somos inmortales". Eso es lo primero que se me viene a la cabeza cuando escucho tu voz al teléfono, temblorosa y entrecortada, mientras los nervios hacen palpitar tu corazón por la incertidumbre de la línea que divide la vida de la muerte. La vida de tu abuelo Paco se está apagando y quizás encuentre un lugar mejor en el que su única preocupación sea contemplar desde aquel lugar como crece su familia.
En el post anterior hice referencia a la vida. A su creación. Mientras unas se gestan, otras se terminan; mientras tanto, otras se desarrollan y se unen. Quizás otras se separan, pero prefiero la unión a la desunión. Ahora nosotros planeamos nuestro futuro juntos y nos vamos dando cuenta de qué significa todo lo que sentimos y hacemos. De ahí que ya hayamos escrito sobre esto:


"La noche del domingo cinco de agosto de este año ha quedado marcada en mi mente. Entre la arena y el mar, bajo un cielo cálido y sin sobresaltos. Toda la tranquilidad de las mejores noches de verano se desató entre los fuegos que crea el hombre y los que descarga la naturaleza. Ambas se fundieron al final del espectáculo, aunque no pude captar la fusión con la cámara. No fue fácil tomar estas fotografías. La inspiración, que en ese momento estaba a mi derecha, hizo que todo fuera fácil. Ella hace que todo sea fácil."


"No sabría entender una vida sin tener lo que, al menos, se necesita para ser feliz. A veces me asusto de asustarme, pues no es lo que nos corresponde si vamos a pasar por una vida en la que no hemos elegido nacer ni tenemos por qué elegir morir. Ya estamos predestinados; nada más nacer empiezas a morir. Quisiera pedirte a tí que hagas que tu vida sea agradable hasta el punto que tú puedas dominar. Ya sabes que te debo muchas cosas, pues aportas a mi alma la frescura que necesito. Una vez dijiste que si las lágrimas eran de tristeza, yo las secaría con mis manos. Siendo tú misma feliz, harás feliz a quien tengas a tu lado. Los momentos más oscuros de cada vida deben complementarse con la claridad de los momentos bellos recordados y con la luz de quien, en verdad, te esté iluminando.
Quisiera pedirnos a nosotros, hacer que nuestras vidas sean agradables hasta el final. Nos debemos una vida, pues nos aportamos lo que necesitamos en cada momento. Nos secaremos las lágrimas de tristeza y dejaremos fluir las de risa. Hacemos felices a los que nos rodean, pues ellos nos ven a nosotros felices. Los momentos oscuros no son ni serán tales; como mucho serán grises, pues siempre habrá algún tono claro que no permita a la necritud dominar nuestro corazón."


"Los primeros rayos de sol se filtran por la persiana entreabierta de mi habitación. Remolona, me estiro, abro los ojos y te encuentro junto a mí. Las miradas se cruzan en un "buenos días" y recuerdan silenciosas, que un día la tristeza las apagó. No existen secretos, sólo aquellos que juntos guardamos. Y largas horas de frases en el aire, de confidencias, de paseos, de deseos, de amistad, de llantos... Todo lo que consiguió unirnos. Las lágrimas ya no son de dolor, y si en algún momento llegaran a serlo, irían a perderse entre tus dedos, porque eres tú quien las seca, no el que las provoca. Ya no existe el miedo en nuestras vidas. Ni la temida soledad que tanto nos acompañó, la que un día nos acostumbró a su presencia. Ahora sé que estás ahí, siempre estuviste sin que lo supiera. Que no te voy a perder. Que eras tú, lo que sin buscarlo, deseaba encontrar. Que tu mirada me acompaña, que tus brazos recogen y protegen mi cuerpo. Sé que mis besos son para tí y los tuyos para mí. Sé que mi vida se apagará a tu lado y no me da miedo vivirla, es más, lo deseo."


Me apetecía reunir todo esto bajo un mismo título. La última frase la escribiste a finales de agosto, y ahora vuelvo a recordar lo que se me pasó por la cabeza cuando escuché tu voz. No somos inmortales.